Esas líneas que se forman en tu rostro, comúnmente llamadas arrugas, me indican lo lejano que estoy de saber lo que tú sabes; no es que estés vieja, sólo es que se forman (las líneas) con tus expresiones: aparecen y desaparecen a tu antojo, con tus emociones se dibujan y se borran, según sea el caso.
Lo importante de esas líneas, es que no las tomo en cuenta si no es para saber cómo es que te encuentras cada día; a veces me pregunto si es posible que en tu piel se puedan quedar permanentemente aquellas arruguillas de momentos tristes, ¿no sería mejor que permaneciesen únicamente las que se deben a la alegría? No lo sé, pero espero que esto último –las arrugas por alegría- sea lo que te suceda a ti, y que al menos una de esas líneas sea causada por mí.
2 comentarios:
Hola de nuevo por aquí, también existen otras marcas cicatrices de las que vez y no, en realidad es mejor dejar marcas de felicidad.
Saludos.
Gracias por tu comentario, Anónimo, me agrada saber que alguien visita este blog (y con frecuencia). Y, sí, la felicidad y sus marcas son importantes, sin embargo, el dolor es igual de imprescindible.
Saludos
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