Recuerdo la primera vez que vi jugar a Alemania. Fue en el 2002; desde esa vez me enamoré de su futbol. También recuerdo la primera vez que leí a Nietzsche. Fue en el 2006. Ahora he visto que la frase de Nietzsche se cumple de nuevo.
Este año mi abuelo quiso creer en que la argentina selección de Dios llegaría tomar la copa. Ya sabe que no podrá ser; quizá en cuatro años.
Ayer el ideal se rompió, quedó hecho pedazos ante la fuerza germana, que sin dejar respirar a los enviados del Santo Padre, dieron a su profeta otro triunfo. No sé que tiene Alemania que gusta de derrocar las religiones. Será que el Eterno Retorno es real y que por ello ha pasado esto.
¡Dios ha muerto! La Argentina de Maradona está muerta. Fichte, si estuviera vivo, daría un discurso a la nación alemana para enaltecer a aquellos que vencieron.
Pero no llores por Diego, Argentina, que Dios, después de todo, sigue existiendo para los que tienen fe en él.
RENOVACION
Hace 2 meses
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