Para qué hacer corajes, si ya sabíamos el final de la película. A quién le interese el juego por el juego, que lo vea; porque de otro modo, si espera algo del equipo como un buen resultado, va a llevarse una decepción grande, muy grande.
Y esta vez no quiso apostar aquélla, que al menos es inteligente y no apuesta algo que de seguro pierde. Con todo y que me llamó antinacionalista; ella, creo yo, es peor, porque tiene fe fríamente, porque confía en los nuestros cuando ve que van bien, pero si no, no.
Pero no soy antinacionalista, quizá un cínico, pero antinacionalista no. No soy antinacionalista porque creo que hay algo nacional; eso nacional (entre muchas otras cosas más agradables pero menos visibles y reconocidas) es la derrota, porque, como Ruvalcaba, yo también creo que nuestra cerveza predilecta debería ser la Derrota: “Una ronda de Derrotas para todos, que yo invito.” Soy antipatriota, eso sí. Porque la patria ya está vieja, desgastada. Nos la estamos acabando como los países desarrollados se acaban las reservas de petróleo, como las compañías mineras acaban con el subsuelo. Corrijo. Se la están acabando, porque como soy antipatriota, pues ni la volteo a ver.
El punto es que, pues, perdieron. No perdimos. Perdieron. Ellos perdieron. Pero si hubieran ganado, entonces sí, ganamos. Aunque habrá algunos que digan perdimos, pero la mayoría de esos son chauvinistas, y los otros, los otros son aficionados de verdad, aunque a un paso de ser chauvinistas.
Y luego qué, regresa a casa el equipo y ya. Será para la otra. Y para la otra habrá que hacerse a la idea de que van a perder.
Ya que si no pierden, pues que bueno.
1 comentario:
Hola.
Me agrada el concepto que amnejaste de " perdieron" y no el "perdimos", aún no me entra en al cabeza proque asumen que ellos van al mundial, solo va el equipo, bueno creo que repites demasiado al palabra "nacionalismo", mm en fin le psaré tu blog a "ella".
Besos
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